Actualidad
Por Eva Rocha , 28 de noviembre de 2018La emotiva despedida de Alejandro Riquelme Iturrieta en Futrono
Atención: esta noticia fue publicada hace más de 5 años
“Se va un guerrero” dijo su colega y amigo Dionisio Pitripan
Este domingo 25 de noviembre se llevó a cabo el funeral de Alejandro Riquelme Iturrieta, querido vecino de Futrono y recordado funcionario municipal de la comuna.
Familia, vecinos y compañeros de trabajo escoltaron el féretro hasta el cementerio de Las Quemas, no sin antes recorrer por última vez el frontis del municipio donde se desempeñó por 15 años en distintas funciones del Departamento de Obras. Fue capataz de áreas verdes, operador de máquinas pesadas, también se desempeñó en el equipo de caminos de la Dirección de Obras Municipales, entre otras funciones.
En su despedida familiares y amigos recordaron la grandeza de este hombre y el legado que dejó en quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo.
Uno de ellos fue Dionisio Pitripán, funcionario municipal y amigo de Alejandro, quien además de lamentar profundamente su partida, dijo que fue un colega muy querido por todos. Le dedicó sentidas palabras para despedirlo.
“Alejandro se mantuvo siempre con la fe intacta en Dios, decía que todo lo que pasaba era voluntad de Dios. Siempre estuvimos con él porque fue una persona recta y nos dejó muchas enseñanzas.
Yo trabajé toda mi vida al lado de él, desde niños estudiamos juntos en la escuela E-348 de Río Chico y después de adolescentes en nuestros trabajos estuvimos juntos haciendo fajas de esteros, en aserraderos en Santiago y después en Futrono.
Siempre fue calificado con nota siete en la Municipalidad, siempre fue responsable y muy querido. Y cuando tenía que decir algo que no le gustaba lo decía, le guste a quien le guste
Cuando lo visitábamos era él quien nos daba ánimo, tenía mucha facilidad para hacerse amigo de muchas personas y lo más emocionante era escuchar a niños decir que Alejandro era su amigo. Prueba de ello es que un niño de Isla Huapi, Manuel, vino al funeral a despedirlo en compañía de sus padres.
Era el quien nos hablaba de Dios en nuestras faenas. Cada vez que evaluamos un camino nos decía: Esto es como en la vida, tiene dificultades, pero tenemos que pasarla, mientras más difícil más empeño hay que ponerle, pero todo paso a paso”.
Se va un guerrero”.
