Ver a un perro comiendo pasto puede resultar desconcertante para muchos tutores. Aunque esta conducta parece contradecir la naturaleza carnívora del perro, es más común de lo que se piensa. En Chile, tanto en contextos urbanos como rurales, los tutores reportan este comportamiento con frecuencia, lo que ha motivado diversas investigaciones científicas para entenderlo a fondo.
Las razones detrás de esta conducta pueden variar ampliamente: desde factores evolutivos y nutricionales hasta causas emocionales. Algunos estudios sugieren que los perros lo hacen por instinto, otros que buscan regular su digestión, y hay quienes afirman que podría deberse al aburrimiento o al estrés. Lo cierto es que no siempre comer pasto es señal de un problema, pero entender sus posibles causas permite ofrecer mejores cuidados.
Este artículo ofrece una mirada científica y estructurada sobre el tema, abordando distintas hipótesis respaldadas por evidencia. Además, se revisan factores como la calidad de la alimentación, el estado emocional del perro y las diferencias individuales que pueden influir en esta conducta. Así, quienes conviven con perros podrán interpretar mejor este comportamiento y decidir cuándo es necesario consultar con un especialista.
Influencia de la dieta y el tipo de alimentación en el comportamiento
La composición de los alimentos que consume un perro puede tener un efecto directo sobre sus conductas alimenticias secundarias.
Deficiencias nutricionales leves o desequilibrios
Aunque no es común, ciertos desequilibrios nutricionales pueden llevar a los perros a buscar fuentes externas de nutrientes, como el pasto. Este fenómeno, conocido como pica, implica la ingesta de sustancias no comestibles, y puede deberse a carencias específicas o desajustes en la absorción de nutrientes.
Calidad de los alimentos disponibles
La calidad de los alimentos comerciales también puede incidir en este comportamiento. Marcas como Josidog, Brit Care o Monge ofrecen líneas de alta digestibilidad con componentes funcionales como prebióticos, probióticos y fibras fermentables. Estas características pueden ayudar a reducir la necesidad de buscar otras fuentes de fibra o nutrientes.
Comportamientos instintivos heredados de los antepasados
Muchos comportamientos actuales de los perros se explican por su vínculo evolutivo con los cánidos salvajes. Este es uno de ellos.
Conductas de caza y alimentación oportunista
Los perros domésticos conservan ciertos comportamientos de sus antepasados lobunos, entre ellos, el consumo de material vegetal. En la naturaleza, los cánidos consumen el contenido estomacal de sus presas herbívoras, lo que podría explicar la atracción por el pasto. Este comportamiento no necesariamente indica un problema, sino que podría ser una forma de imitar prácticas ancestrales relacionadas con la supervivencia.
Estímulo sensorial y curiosidad
En algunos casos, los perros jóvenes comen pasto simplemente por curiosidad o para explorar su entorno a través del gusto. Es más frecuente en razas activas o inquietas, y no siempre está relacionado con deficiencias nutricionales. El pasto puede funcionar como un estímulo sensorial más, similar al juego con objetos u olores nuevos.
Factores digestivos y fisiológicos vinculados al consumo de pasto
Algunos perros consumen pasto para provocar vómito, pero esta no es la única causa ni la más frecuente.
Relación con molestias digestivas
Se ha observado que algunos perros comen pasto justo antes de vomitar. Esto ha llevado a pensar que podría tratarse de una forma instintiva de aliviar malestares estomacales. Sin embargo, estudios han mostrado que solo un pequeño porcentaje vomita luego de comer pasto, por lo que no se puede asumir como un comportamiento exclusivo para este fin.
Necesidad de fibra en la dieta
Otra explicación es la búsqueda de fibra vegetal para regular el tránsito intestinal. Si bien los alimentos comerciales como Pedigree adulto incluyen fibra, puede que algunos perros necesiten ajustes en su dieta. Productos como Eukanuba, Royal Canin o ProPlan también ofrecen fórmulas con distintos niveles de fibra para adaptarse a las características de cada perro.
Contexto emocional y conductual del perro
Además de factores físicos, el estado emocional del perro puede influir significativamente en este tipo de conductas.
Estrés, aburrimiento o ansiedad
Algunos perros comen pasto como una conducta repetitiva provocada por ansiedad o estrés. La falta de estimulación mental o el exceso de tiempo solos puede generar comportamientos como masticar objetos, ladrar excesivamente o ingerir pasto. Estas señales deben ser interpretadas como alertas, especialmente si se presentan con otros síntomas conductuales.
Refuerzo involuntario por parte del tutor
En ocasiones, los tutores reaccionan con sorpresa o preocupación cuando ven a sus perros comer pasto. Esto puede generar una asociación de atención positiva con ese comportamiento, incentivando que el perro lo repita. Es importante observar sin reforzar la conducta si no hay signos de malestar, y consultar con un etólogo si se vuelve persistente.
Cuándo preocuparse y cómo actuar ante esta conducta
Aunque suele ser inofensiva, hay situaciones en las que este comportamiento podría indicar un problema mayor.
Signos que ameritan consulta veterinaria
Si el perro come pasto de forma compulsiva, presenta vómitos frecuentes, pérdida de apetito o diarrea, es fundamental acudir a un veterinario. Estos síntomas podrían estar asociados a problemas gastrointestinales, parásitos o enfermedades metabólicas que requieren diagnóstico y tratamiento especializado.
Cambios súbitos en el apetito o comportamiento
Ingesta de grandes cantidades de pasto varias veces al día
Vómitos repetitivos o presencia de sangre
Pérdida de peso sin causa aparente
Evaluación dietaria y revisión de hábitos
En casos sin diagnóstico clínico evidente, puede ser útil revisar la dieta y las rutinas del perro. Algunas opciones incluyen ajustar las porciones, cambiar a un alimento con mayor contenido de fibra o implementar juguetes interactivos para reducir el aburrimiento. Marcas como Nature’s Variety, Taste of the Wild, Josidog, o Canbo ofrecen alternativas funcionales que pueden complementar estos ajustes.
Reflexiones finales
El consumo ocasional de pasto por parte de los perros es un fenómeno común que se observa en distintos entornos, tanto urbanos como rurales. En la mayoría de los casos, no representa un riesgo para su salud ni indica un problema médico.
Este comportamiento, que ha sido documentado incluso en perros con una alimentación completa, puede formar parte de su repertorio natural de exploración y regulación fisiológica. Por eso, no siempre requiere intervención, a menos que se presenten señales asociadas.
No obstante, cuando la conducta se vuelve repetitiva, se acompaña de vómitos o se manifiesta con otros síntomas digestivos o conductuales, es necesario observar con mayor atención. El contexto en el que el perro come pasto —si lo hace después de comer, cuando está solo o en momentos de ansiedad— puede ofrecer pistas clave sobre su causa.
En estos casos, se recomienda revisar la dieta, evaluar posibles fuentes de estrés y, si es necesario, consultar con un veterinario o etólogo para descartar problemas de salud o desequilibrios emocionales.
Prevenir esta conducta en sus formas más problemáticas no implica eliminarla por completo, sino fortalecer el bienestar general del animal. Una alimentación equilibrada, adaptada a su tamaño, edad y nivel de actividad, con alimentos como Pedigree adultos, reduce la posibilidad de que busque otros elementos para complementar su dieta.
Además, un entorno emocionalmente seguro, con suficiente estimulación y rutinas estructuradas, puede disminuir su necesidad de canalizar ansiedad o aburrimiento a través de este hábito. Entender las motivaciones detrás de este comportamiento permite tomar decisiones informadas y cuidar a nuestras mascotas de forma más consciente.
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