Hoy en día Johanna sale a la calle en Osorno y decenas de personas la saludan y le piden una foto.
Cada día recibe entre 700 y 800 mensajes en su teléfono celular que colapsó y simplemente se rindió.
Y si bien esta osornina trata de responder a esos contactos de sus seguidores, a veces se hace imposible seguirles el paso porque son demasiados.
La “Dueña de casa loca” es un personaje que Johanna creó hace unos cuantos meses. No quiere dar su nombre completo para no mezclar las cosas. Es que un ámbito son las redes sociales y otro es la vida privada, aunque a veces pareciera que se cruzan.
En su página de Facebook, este personaje tiene 95 mil seguidores; en Tik Tok más de 115 mil, mientras que en Instagram alcanza los 116 mil y sigue creciendo.
¿Qué es lo que hace?
Nada más y nada menos que el día a día de una persona común y corriente del sur de Chile. Claro que todo aderezado por la personalidad de esta osornina que combina muy bien su humor y entusiasmo.
Así pasa por temas tan distintos como hacer recetas caseras de chicharrones hasta dar consejos a aquellas personas –que al igual que ellas- han decidido emprender.
Reconoce que comenzó sin saber mucho o casi nada, pero ha sido estudiosa y on line ha tenido la capacidad de encontrar lo que necesita y hoy graba y edita sus videos por sí misma. En un comienzo tuvo la ayuda de sus hijos. Hoy se maneja sola y quiere seguir aprendiendo porque ha descubierto un mundo de posibilidades más amplio de lo que pensaba.
Pero ¿quién es la persona detrás del personaje?
Se trata de una osornina de Rahue, casada, tres hijos (30, 22 y 17 años), con mucho entusiasmo por aprender cosas y con un espíritu de superación destacable.
Como cualquier persona tenía su Facebook personal y para crear a “Dueña de casa loca” se basó en su misma experiencia, primero como usuaria y luego como creadora de contenidos.
Tiene sus redes sociales donde la pueden encontrar como “Dueña de casa loca” en Instagram, Facebook, Tik Tok y Youtube.
“Mira, yo soy así. Soy buena para reírme, para hacer cosas. Había hecho videos para mis amigos. Hago videos cuando estoy haciendo las cosas de casa como todos los días. Me llaman la atención los videos de las personas en Tik Tok y Facebook. Veía que eran divertidos y me dije por qué yo no”, cuenta entusiasmada con la entrevista de Diario de Osorno.
Así a Johanna se le ha abierto una amplia gama para desarrollarse. Un desafío no menor porque entiende que en las redes sociales se está expuesto a la crítica; muchas veces despiadada.
Había que armarse de valor.
“En realidad la gran mayoría de los comentarios que he recibido han sido positivos. Se entiende que uno no le puede caer bien a todas las personas y hay que saber aceptarlos. Cuando llegan comentarios malos generalmente son de mujeres. Me han dicho payasa, vieja ridícula, pero lo hacen de manera anónima. No les respondo. Una vez hice algo para una persona que se había pasado, pero depende cómo uno se encuentre en un momento”, comenta.
-¿Qué dice tu familia por esta experiencia que has tenido?
“Me apoyan. Mi marido a veces aparece en algún video. Es mi fan número 1. Llega a casa a ver los videos y se ríe. Él no sabe lo que yo voy a decir en las grabaciones y se sorprende”.
-¿Te habías imaginado tener tantos seguidores?
“No. Me daba un poco de miedo al principio por las críticas. Pero nunca pensé que iban a gustar tanto mis videos”.
-¿De dónde obtienes inspiración?
“De recuerdos, de cosas que me han pasado. A veces me encuentro con amigas y recordamos alguna cosa y hago un video de eso. Me puse “Dueña de casa loca” porque soy un poco loca también, espontánea y buena para reírme”.
-¿Ahora has logrado tal éxito que incluso recibes dinero de las plataformas?
“Eso me sorprendió. Yo no sabía que Facebook pagaba por la cantidad de veces que se ve tu video o que podían poner publicidad. Al principio fue una grata sorpresa. Me llegó una notificación y entendí. Hice un video de eso porque creo que las cosas buenas hay que compartirlas. Lo mismo que las recetas. Claro, que las puedes encontrar on line, pero las personas ven mis videos porque les gusta cómo los hago”.
-Es como un ejemplo para los y las emprendedoras…
“Claro. Hay que ser constantes para mostrar sus productos porque en algún momento va a resultar. Al principio nadie veía mis videos, luego tenía como cinco me gusta, después eran 50 y poco a poco fue aumentando. No hay que rendirse. Quizás qué hubiera hecho si yo me hubiera rendido al comienzo.
-¿Vale la pena?
“Yo pensaba que si me pagaban cien mil pesos yo iba a ser feliz, pero después vi que podía hacerme un sueldo y es lo máximo en mi vida. Algo totalmente inesperado. Ahora, sé que todos los meses no son iguales, depende de la cantidad de visualizaciones. Hay que ser perseverante. Ese es mi consejo para los emprendedores”.
Para Johanna esto ha sido como un cambio radical en su vida. Ya no pasa desapercibida cuando va al centro de Osorno. Las personas se le acercan y ella, muy lejos de ser diva, los saluda porque se debe a su público.
“Esto me ha cambiado la vida. Lo más sorprendente es salir a la calle y darte cuenta de que la gente te quiere. Me reconocen, me abrazan y quieren sacarse una foto conmigo. Me piden que les haga saludos en videos. Lo hago para alianzas, para colegios, consultorios, aniversarios de colegios, Cesfam. Es una forma de devolver el cariño que me dan en las redes sociales”.
-¿Cuál es tu futuro en este ámbito?
“No lo sé. Quiero seguir creciendo. Algunas personas me han dicho que podría hacer stand up, pero es una cosa muy distinta de lo que estoy haciendo. No me atrevería. Quizás si alguien me acompañara y que sepa de eso. Tendría que asesorarme y estudiar. Hay que recordar que soy dueña de casa y debo preocuparme de mis cosas. A veces el tiempo no me da para hacer videos, estar preocupada de responder mensajes, ver las redes sociales y aun así hacer las cosas de la familia”.
-¿Hay “Dueña de casa loca para rato”?
“Sí. Sigo haciendo videos, todos los días me llegan 800 mensajes y si bien trato de responder la mayoría, el tiempo no me alcanza. Esa es mi manera de agradecer que me vean mis videos y los compartan. Por eso cuando la gente me pide una foto, yo soy muy feliz”.
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