El miércoles 27 de septiembre se celebró el Día Mundial del Turismo, una curiosa forma de terminar un mes bastante complicado para Futrono, comuna turística según discursos, percepciones, emprendimientos y proyectos.
En la misma fecha, pero del 2019, el secretario general de la Organización Mundial de Turismo, llamaba a que “reconozcamos la capacidad transformadora del turismo”, como generador de empleos y catalizador de igualdad e inclusión, llamando a los gobiernos y sectores públicos y privados a gestionar el turismo de forma responsable y sostenible.
Responsabilidad y sostenibilidad se han visto cuestionadas en Futrono durante septiembre, la naturaleza hizo lo suyo, pero las políticas y voluntades locales deben ser revisadas a la luz de los hechos, ya que hay contradicciones y omisiones que ponen en riesgo la proyección y la imagen turística de Futrono.
La mañana del viernes 15 de septiembre, justo en vísperas del fin de semana largo de Fiestas Patrias, un aluvión cortó la única ruta que conecta en forma directa a Futrono urbano con Llifén y las localidades cordilleranas. Hace 19 años un evento similar castigó al mismo sector.
Recién terminado ese fin de semana, la mañana del miércoles 20 de septiembre un deslizamiento de terreno cortó (una vez más) el camino hacia Chabranco y Chihuío en el sector de El Boquete, dejando comunidades aisladas.
En cuanto a lo que ocurre con el camino hacia Chabranco y Chihuío, esa vía por años (y por varias administraciones municipales) ha estado lejos de la atención que requiere.
Hasta alrededor de 1992 en el lugar existió un puente de madera, que terminó por caerse de viejo, así fue como nació esa especie de bypass que ahora se conoce como El Boquete y que cada invierno genera problemas para el tránsito vehicular, o sea, por deslizamientos de terreno.
Hoy, con el obligado cierre de la ruta por el peligro de nuevos derrumbes, toda esa zona cordillerana debe soportar un obligado aislamiento, causando una natural rabia y frustración.
Ambos eventos ocurrieron entre Fiestas Patrias, fecha muy esperada por los emprendedores turísticos, golpeando sus proyecciones en todo el territorio comunal, especialmente para aquellos de los sectores cordilleranos.
En el caso del cierre de la ruta hacia Chabranco, la pérdida de los visitantes que se dirigen habitualmente a las Termas de Chihuío, quienes en una misma jornada aprovechaban de consumir los productos y servicios que ofrecen los emprendedores desde Curriñe a Hueinahue, está marcando una notoria baja de clientes.
Con ello queda confirmado, por si alguien no lo había notado, el carácter predominantemente turístico del camino Chabranco-Chihuío, pero aun así han pasado las décadas y no se ha levantado un proyecto comunal para mejorar y consolidar ese camino, a pesar del aumento de población en la zona.
Y es que El Boquete debió tener una vida corta para ser reemplazado por una solución definitiva tras el retiro del viejo puente, solución que nunca llegó a pesar de soportar deslizamiento tras deslizamiento. Esa solución hoy la expresan fuerte y la exigen los propios habitantes de Chabranco; que se instale un nuevo y moderno puente.
Si bien del aluvión de Caunahue no se puede responsabilizar a la administración municipal, sí es necesario indicar que no ha visualizado la necesidad de crear urgentemente un Plan de Emergencia para enfrentar eventos que pueden interrumpir la conectividad en esa vía.
Hace pocos años Sernageomín entregó al municipio y también al nivel regional, un mapa de riesgos de la zona Caunahue-Llifén, el que incluso estuvo expuesto al público en la ventana del Departamento de Obras Municipal, mostrando claramente que todo el sector de Caunahue es vulnerable a deslizamientos.
¿Qué quiere decir esto? Que los desastres naturales en esa zona son predecibles, por tanto, se puede trabajar en prevenir los efectos de un potencial derrumbe, deslizamiento o desborde, porque estos continuarán sucediendo en las próximas décadas.
La Ruta T-551 es la única que existe para unir Futrono y Llifén, prolongándose gran parte entre el lago y la montaña por tanto no hay forma de proyectar una ruta alternativa que nos de tranquilidad en caso de corte del camino, razón más que suficiente para comenzar a estudiar medidas que ayuden y eviten, en lo posible, tener que recurrir a la única opción de hoy; dar la vuelta por Lago Ranco a fin de llegar a Llifén.
Como se puede apreciar, en ambos casos la administración municipal ha mostrado reacción, pero no anticipación.
El Día mundial del Turismo, la directora regional de Sernatur Los Ríos entregó al alcalde Lavado el Sello de Municipalidad Turística, que distingue la excelencia en la gestión turística interna del municipio, siendo además el primero de la región en contar con tal reconocimiento, dentro de todo una buena noticia para terminar el complicado mes.
Sin embargo, queda el desafío de asumir la conectividad como un elemento central para el desarrollo turístico de Futrono, de lo contrario las distinciones institucionales quedarán vacías proyectando hacia la comunidad y hacia la región y el país una imagen engañosa y poco seria de nuestra realidad turística.
Un emprendedor que es dueño de cabañas me comentó que ya en esta fecha, está recibiendo muchas llamadas consultando por el servicio que ofrece, de parte de personas que quieren visitar el destino Futrono este verano, por lo que se encuentra optimista sobre el flujo turístico que se viene.
Es de esperar que la conectividad terrestre en Futrono se tome en serio y que los visitantes no tengan que presenciar a su paso tramos de ruta parchados o con advertencias de riesgo, todo porque no se previó la ocurrencia de desastres que se sabía iban a suceder.
Autor: Mario Guarda Rayianque.
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